Hasta hace apenas unos años, el trabajo emergía como un pilar sólido de nuestro proyecto de vida, hasta el punto de convertirse en un elemento básico de construcción de la identidad. Socialmente habíamos asumido ideas como que a la etapa de formación le sucedía una etapa de ocupación, o que a cada trabajador le correspondía un puesto de trabajo estable. El escenario actual es muy diferente. Las lógicas sociales y laborales están actualmente definidos por el permanente cambio, y esto exige adaptaciones a todos los niveles. Partiendo de esta visión, apuntamos diez claves, dirigidas al desarrollo organizativo y profesional:
Innovación, aprendizaje continuo, orientación, gestión por competencias, gestión de la diversidad, nuevas formas de aprender (y de enseñar), transformación tecnológica,… Son sin duda grandes desafíos, que a la vez suponen oportunidades para revertir la situación actual en relación a la formación y el empleo en nuestro entorno. Conseguir el cambio necesario sólo estará a nuestro alcance a través de la creación de una cultura de colaboración y la potenciación de redes entre las personas, organizaciones y entidades involucradas en la formación y el empleo. Y tú… ¿Qué opinas? ¿Cómo podemos mejorar la relación entre formación y empleo? |